“DD.HH art.23: Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre
elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el
desempleo”
Alan García durante su primera campaña electoral, manifestó
su reconocimiento y elogio al trabajo informal de los peruanos, quienes ante la
adversidad generaron su propia fuente de sustento como vendedores de toda
índole, en las esquinas, de puerta en puerta, taxistas, motaxistas y demás
oficios creados con el ingenio de la supervivencia humana para ganarse el
derecho a vivir dignamente sin caer actividades al margen de la ley.
Pero estas
palabras no fueron compartidas por muchos municipios, ni gobiernos como el de
García, quienes como entidades del estado, llenas de burocracia, corrupción e
indiferencia, poco o nada
hicieron para respetar los principios básicos del derecho al trabajo,
simplemente optaron por lo más fácil y económico, contando con personal de
seguridad ciudadana contratados muchas veces sin cultura, solo con el aspecto
físico necesario para emprender una labor con indiferencia.
Expresiones como esta sean vuelto comunes, “aquí no
puedes estar, esto es privado, tienes que irte, te vamos a quitar tu
mercadería, vete de aquí, das
mal aspecto, lárgate, fuera!! “ Acompañadas
de “ ese no es mi problema, busquen hablar en la municipalidad, págame algo!”
Se han generado verdaderos encuentros violentos algunos con
resultados fatales como la muerte de un joven hace años en el distrito de San
Isidro, cuando un miembro del serenazgo en su afán de quitarle sus cosas lo
ahorco con las tiras de la mochila.
En la alcaldía de Lima podemos reconocer la labor del
entonces burgomaestre Fernando Andrade ex alcalde miraflorino con su partido
somos Perú, emprendió un drástico ordenamiento de todo el trabajo informal,
dando sus frutos con la
formalización de miles de microempresarios ubicados en centros comerciales,
esto fue adoptado en muchos distritos , Andrade
menciono “no estoy en
contra de aquellos peruanos que salen a vender individualmente a las calles,
pero hay muchos cuyo
negocio les permite formalizarse y
allí en donde voy actuar”. No obstante ni el mismo pudo evitar la corrupción
existente en los sectores públicos, esta
corrupción identificada con malos funcionarios con ayuda de dirigentes se
aprovecharon de estas medidas para beneficiarse.
Hoy la
alcaldía de Lima en manos de Susana Villarán
representante del sector de izquierda nacional , quien debería velar por la
ayuda de estos peruanos desempleados que llenan el trabajo informal de
nuestro país , solo ha dado
muestras de indolencia y olvido, por el contrario ya se habla de una reducción
de la cantidad de taxis, los miembros de su policía municipal emprenden
diariamente una lucha despejar de todo el mal aspecto votando ,insultando,
muchas veces a la fuerza echar a los trabajadores ambulantes , sin sentimiento
alguno, de igual manera
siguen este ejemplo todas las dependencias municipales.
“No es nuestro
problema”, dice un efectivo policial , pero
cuando un porcentaje de este sector entra en a la delincuencia si es nuestro
problema y su problema , porque nada se hace para aliviar este problema social
y laboral al cual todos rehúyen , quizás porque no genera expectativa o no es
importante para alcanzar un logro en el escalafón gubernamental.
Mientras tanto la crisis social aumenta, el desempleo obliga
a incrementar este sector informal de la población que sale a las calles a
sobrevivir , pero aparte de la enorme competencia al que se enfrentan, hay que
añadirle , incomprensión , humillación y hostigamiento de las entidades que
deberían protegerlos.
Un buen trabajo municipal conllevaría a una buena
capacitación de sus miembros, a la idea de ordenar este trabajo informal, en
sitios específicos, horarios, darle facilidades a nuestros humanos peruanos para llevarse un sustento diario
a sus casas, en muchos
casos no es necesario entrar
la al burocracia de empadronamientos o llenados de listas que llegan en su
mayoría al sector de corrupción de la municipalidades escondidas con malos
dirigentes.
Este ordenamiento implica
la presencia del personal municipal en las calles o centros comerciales pero
para coordinar, ordenar, y
no simplemente votar.
Aquí entra también el derecho de los propietarios al querer estar al margen de esta
situación social, aunque la
indiferencia y el egoísmo son
los pilares para el resentimiento del cual después lamentamos, es momento de
tomar conciencia solidaria.
Se hace preciso en este gobierno de Gana Perú que llego al poder gracias al pueblo
ignorado, tomar cartas en este asunto, aquí en estos peruanos de la calle hay
un problema social para defender para protegerlos de acuerdo a los tan
defendidos DDHH, y a si como lo señala nuestra constitución.
“váyanse el mundo es ancho, será ancho pero
ajeno “
El mundo es ancho y ajeno, Ciro Alegría
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