sábado, 24 de septiembre de 2011

La Gran Transformación mientras el Peru Avanza‏

Me atrevo a escribir luego de un buen tiempo, para evaluar el accionar de nuestro gobierno, a un día del inicio de la primavera y el día de la juventud. Es mucho lo que tiene que decirse, pero me abocaré a resumir lo vívido y lo visto, desde la óptica de pertenencia al gobierno nacionalista.

La experiencia en el Estado es satisfactoria, a pesar de escollos propios y residuales de una forma corrupta de gobernar, impregnada en la mayoría de las instituciones. Los contratos CAS que tanto criticamos por su servil utilización en el Estado, han permitido al gobierno aprista dejarnos como en los 90s, a muchos "profesionales" que tratan de ocultar los rastros en los faenones realizados, algo tan vergonzoso como que aún las entidades en el Ejecutivo y Legislativo usen aún CAS para los mismos fines y con sueldos tan elevados como las de aquel gobierno corrupto, sobretodo para amigotes incapaces e inexpertos. Alianzas de gobierno comienzan a ceder ante alianzas de poder, que garantizan gobernabilidad, pero con riesgo a perder identidad. Los casos de corrupción en la gestión pasada, en entidades como Essalud, Banmat, Ugeles, IPD, etc. comienzan a ser insolubles por la pesada carga sobre la Contraloría, incapaz de auditar tanto faenón. Los directores en cada ministerio están rodeados y obligados a tener personal de un gobierno corrupto hasta diciembre del 2011, y eso, merma el cumplimiento de objetivos al corto plazo. Y a pesar del cargamontón de los medios de la familia Miró Quesada con El Comercio, y las necedades de Aldo M. con su Correo, hacia personalidades del oficialismo como Daniel Abugattás o Ricardo Soberón, la población sabe el tufo manipulador, como el de cuestionar el viaje a Pisco a pesar de su éxito; y brindar encuestas donde el 50% de un 22% que saben del narcotráfico, o sea, 11% de peruanos, rechazan a Soberón.

En el lado interno las cosas se van decantando. Las renovadas comisiones de organización a nivel nacional y de Lima han dado directivas para evitar la confusión generada por sectores de izquierda que hablan de Gana Perú como si fuera partido, cuando ésta tiene accionar tipo confluencia a lo Fuerza Social, donde sus miembros participan del gobierno, pero se mantienen independientes en sus decisiones orgánicas. Y en el lado derecho, varios politiqueros han aprovechado la confusión para mimetizarse en la confluencia de gobierno, poniendo sueldos a mediocres apadrinados, que avergüenzan la ética nacionalista, si es que nos basamos en el ideario y reglamento de disciplina. A pesar de esas situaciones, el Partido Nacionalista Peruano ha crecido y se fortalece en sus sectores de profesionales, mujeres y sobretodo, la juventud. Esto último nos enorgullece, en el sentido que siendo un partido joven que pregona la transformación, ha podido calar en sectores juveniles de toda clase, de diferente proveniencia, y con ese espíritu transformador y de unidad verdadero, rebelde y crítico, conciente de su responsabilidad y ávido para crear, construir y transformar en medio de los rezagos de la politiquería del siglo XX, que agonizante insiste en contaminarnos con su lepra cargada de corrupción, clientelismo, hipocresía, fanfarria, mediocridad y compadrazgo.

Mis palabras finales van para reconocer la coherencia y entereza de quienes siguen bregando para construir un Perú para todos y todas. El Presidente Ollanta Humala y el Premier Salomón Lerner, han podido, con un buen equipo de ministros, asesores y profesionales, mantener la estabilidad y brindar soluciones, a pesar de lo ya reseñado y de algunas excepciones negativas en funcionarios que van siendo depurados y en algunos casos, expurgados ante la complacencia nuestra y también de nuestros detractores en la política y los medios masivos. En cien días, el balance será positivo, a pesar que algunos aún no quieran darse cuenta que la gran transformación ya ha comenzado…

René Galarreta

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